Tiempo variable




Ayer una triatleta que se prepara según nos dijo para el campeonato de España de distancia olímpica, cuando la alcanzamos subiendo el Col du Calvaiere, nos comentó que vivir aquí no tenía precio.
Realmente sentimos la complicidad de disfrutar de un día espléndido con unas vistas impresionantes que ofrece esta sinuosa carretera, sobre la otra parte del valle.
Por la tarde una tormenta nos dejó de regalo este precioso arcoiris.
Sigo pensando que vale la pena aprender a disfrutar de cosas así.
Tino y Jordi