Tarde Otoñal




Ya están aquí las tardes frías de otoño. 
Con poco tiempo para pensar que hacer, ya que pronto oscurece, me decido ir a correr, y así estirar mis piernas, admirar este entorno, sentir esta sensación única que te invade al transitar por estos solitarios caminos, el frío que te enrojece la cara... 
Volviendo a casa me encuentro a Pol que ha decidido también darse una vuelta con la bici antes de que anochezca, y ya no se pueda hacer nada. 
Que alegría compartir estos pequeños y sencillos momentos. 
Quizá algún día lo recordará, y se sentirá bien de que haya ocurrido así.