En estos días súper fríos en que solo el hecho de pensar en cambiarte para coger la bici es ya un acto de voluntad extrema, encuentro en el BICI-CROSS la motivación para completar los entrenos de bici que me llevarán si Dios y el tiempo no lo impide a Lanzarote.
Aunque el día es soleado y aparentemente cálido a la que sacas la nariz por la puerta ya ves que aunque no haga mal tiempo es un día “GORE”...
toca y toca “wind stopper” de arriba a bajo.
Las carreteras secundarias de la zona suelen estar traicioneras en sus partes umbrías, la humedad se convierte en una especie de hielo muy resbaladizo , por ello mi lema “ las ruedas gordas son para el invierno” cobra aquí su sentido, dejemos las bicis de ruedas finas para cuando el calor apriete y el tiempo sea más benévolo.
Hoy hemos subido a la Ermita del Corredor, todo el bosque en silencio solo el crak-crak de las ruedas sobre la tierra endurecida por el frío nos hace tomar una referencia de lo que estamos haciendo...disfrutar de la soledad de un bosque adormecido por el frío. Es necesario para que en primavera florezca en plenitud, y nosotros completemos una temporada invernal de verdad y cundo lleguen lo puertos largos no se pongan más cuesta arriba de lo que toca.
Pistas interminables en silencio
Los colores del bosque
El agua fría fuente para nuestra elaboración de cerveza.
Romper este manto con las ruedas es casi casi como si fuera "nieve virgen"